lunes, 7 de diciembre de 2009

Tre metri sopra il cielo




Comernos el alma con los ojos y con las manos, jugar a no depender de nada ni de nadie. Los amaneceres más bonitos del mundo y las tardes de domingos infinitas y tan escuetas a la vez. Desayunar promesas, comer sonrisas y merendar sueños. Hazme la chica más feliz del planeta de lunes a domingo, aunque el lunes me cueste levantarme y el domingo acostarme. Aunque la rutina y ella quieran volverme gris, píntame de colores. Desde que veo la vida desde tus ojos, todo es más fácil. Las circunstancias delicadas dejan de causar estragos si al final, termino entre tus brazos.

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